Cuantos De Tus Pecados Son Perdonados?-Parte 5

By: Carlos Tomas Knott; ©2001
“How Many Of Your Sins Are Forgiven?” This article considers the sacrament of Extreme Unction, often called the “last rites”. Due to the nature of this sacrament some rather gross and embarrassing abuses have become common among Catholics. Does one really need to see a priest when he is gravely sick, in order to prepare for death? Is extreme unction supposed to heal the person or dispatch them into eternity? Who can really forgive sins and prepare a person to meet God?

La Extrema Unción

¿Podemos conseguir el perdón de nuestros pecados mediante la extrema unción? De los siete sacramentos de la iglesia católica romana, éste es el último en el que participa cada fiel miembro de la iglesia. “Extrema unción” es el nombre común por el cual se conoce el sacramento de la Unción de los enfermos. Para orientarnos bien acera del tema, atenderemos a lo que dice Roma en el nuevo Catecismo Universal:

“La gracia especial del sacramento de la Unción de los enfermos tiene como efectos: …el perdón de los pecados si el enfermo no ha podido obtenerlo por el sacramento de la penitencia” (pág. 351, párrafo 1532).

Con esto podemos ver que la iglesia católica pretende que la extrema unción sirva para perdonar pecados. Como venimos viendo, el concepto católico-romano del perdón de los pecados no se centra en la persona y obra de Jesucristo, sino en los sacramentos de la iglesia. Mientras que por un lado la iglesia afirma que Jesucristo murió por nuestros pecados, una afirmación aparentemente ortodoxa, por otro lado ella no admite que Jesucristo mismo puede perdonar a nadie sin ella y sus sacramentos. El efecto de esto es que el pueblo católico es enseñado a buscar perdón en ritos y ceremonias, en hechos meritorios, de penitencia, de limosnas, de buenas obras, etc. con la esperanza de que a cambio Dios le conceda el perdón.

Pero la Palabra de Dios enseña claramente que el perdón de los pecados no es por obras que nosotros hubiéramos hecho (Tito 3:5), y los sacramentos son obras hechas para obtener perdón. La Palabra de Dios enseña a todos a acudir a Jesucristo, no a la iglesia ni a ningún sacramento, pues ni siquiera emplea la palabra “sacramento”, ¡tomemos nota!

Otra faceta especialmente maligna de la extrema unción es la falsa esperanza que da a los católicos de que puedan arreglar las cuentas con Dios en el último momento, aun estando en coma, si el sacerdote llega y administra el sacramento. Quizá de ahí la expresión “soy católico cardíaco”, que significa que no practica la fe católica, pero si tiene dolor de pecho como principio de infarto, llamará al cura para que venga a administrar la extrema unción, por si acaso. Aunque reconocemos que este ejemplo es extremo, no obstante es de actualidad y representa más o menos la actitud de muchos. Y realmente es un efecto secundario que habría que esperar de semejante doctrina de perdón.

Cabe aquí mencionar otro abuso que se hace, y todos saben que es así, y se consiente en todo el mundo católico-romano. ¿Quién no ha visto las esquelas en el periódico? “Falleció D. Fulano de Tal, habiendo recibido los santos sacramentos…” Y en demasiados casos es mentira. La familia lo sabe, y la iglesia lo sabe, pero se consiente la mentira para mantener las apariencias, porque quedaría muy feo decir: “Fulano de Tal falleció instantáneamente en un choque frontal con un camión ayer a las 4:00 de la tarde en la carretera Nacional II cerca de Fraga, y el sacerdote no llegó a tiempo para administrar la extrema unción, pues hacía dos horas que Fulano había muerto cuando el sacerdote vio su cadáver en la morgue en el hospital. Además, Fulano no se había confesado en años ni había ido a misa, con que está perdido para siempre”. O “Doña Menganita de Tal falleció a medianoche de un infarto masivo, y cuando llegó la ambulancia ya estaba muerta, con que no recibió la extrema unción”. No se van a decir estas cosas, aunque son verdad y repito, todo el mundo lo sabe. Se ha convertido en una burla y blasfemia algo que supuestamente es la última oportunidad para socorro en esta vida.

Además de esto, tenemos otra explicación de católico-romanos en uno de sus sitios en internet.

30.- La Unción de los enfermos es verdadero y propio sacramento instituído por Cristo.

Julio III 1550-1555 Concilio de Trento 1545-1563.
“Si alguno dijere que la extremaunción no es verdadera y propiamente sacramento instituído por Cristo nuestro Señor y promulgado por el bienaventurado Santiago Apóstol, sino sólo un rito aceptado por los Padres, o una invención humana, sea anatema. Dz. 926.
Pío X condenó la sentencia modernista que pretende que el apóstol Santiago pretendió en su carta recomendar una práctica piadosa. Dz. 2048.
Sagradas Escrituras.
Mc. 6,13 “expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”
Santiago 5, 14 “¿Está alguno enfermo entre nosotros ungiéndole con óleo en nombre del Señor…?”
Este pasaje expresa las notas esenciales del sacramento.
  1. Signo exterior de la gracia: óleo (materia oración de los presbíteros (forma).
  2. Efecto interior de la gracia expresado en el perdón de los pecados.
  3. La institución por Cristo: “en el nombre del Señor” por encargo y autoridad del Señor.” cf. 5.10.

Te invito a observar conmigo que cuando citan la historia y el fundamento de la extrema unción, acuden directamente a los Papas y la historia eclesial interna de la iglesia romana, puesto que es su base primaria. Luego cuando citan la Biblia, si uno lee las citas se da cuenta de que no tienen nada que ver. Marcos 6:13 no habla de ningún sacramento, ni mucho menos se hacían estas cosas a los que estaban gravemente enfermos y a punto de morir. Respecto a la cita de Santiago 5:14, ni siquiera está correctamente citado. Son los ancianos de la congregación los que deben visitar al enfermo. Le ungen no ceremonialmente sino con el óleo del aseo cotidiano que se usaba en el mundo de aquel entonces. Y el texto afirma que es la oración que Dios honra para sanar, dice “salvará al enfermo”, lo cual se refiere a salvación de su enfermedad, porque a continuación dice: “y el Señor lo levantará”. No dice “morirá tranquilo”, porque no es un preparativo para morir, sino el precursor de la vuelta a la salud. ¿Se levantan los muertos cuando los curas llegan tarde y dicen la extrema unción sobre ellos? ¿Se levantan curados los moribundos al recibir la extrema unción? Ya sabemos la respuesta, que es negativa, y que el sacramento romano de extrema unción no tiene que ver con la instrucción bíblica para la curación de un enfermo.

Amigo lector, hay quien perdona los pecados, todos ellos, en un solo acto. No es la iglesia. No es el sacerdote. No es el sacramento, ni es por medio de estas cosas. Los escribas y los fariseos dijeron: “¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?” (S. Lucas 5:21), y tuvieron razón. El Señor Jesucristo es Dios y Él perdona los pecados. Hay que acudir a Él en vida, porque al morir será tarde. Si usted ha pasado la vida acudiendo a sacerdotes y participando de sacramentos, en busca del perdón de sus pecados, no ha obtenido ningún perdón todavía, porque hay que acudir directa y personalmente al Señor Jesucristo. S. Mateo 9:6 dice que “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados”. El apóstol Pablo, escribiendo a todos los creyentes de la iglesia en Éfeso, dice acerca del Señor Jesucristo: “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”. Es curioso que falta de mencionar la iglesia y los sacramentos. Él enseña que tenemos redención en Cristo, y matiza que esto significa “el perdón de pecados según las riquezas de su gracia”. Y en la hora de enfermedad grave, y en los portales de la muerte, la extrema unción es una esperanza falsa y un desvío, porque lo que realmente necesita la persona es acudir a Jesucristo, arrepentida de sus pecados, y confiar en Él, creyendo que Él perdona y da vida eterna a todos los que en Él confían. Para esto Él vino y murió en la cruz, en nuestro lugar, para ofrecernos Él mismo, personalmente, el perdón. No permitas que se interpongan hombres religiosos, sacramentos ni ceremonias cuando necesitas una relación personal con el Señor Jesucristo. Sólo Jesucristo puede perdonar tus pecados. Acude a Él ahora mismo y conoce este maravilloso perdón pleno y completo que dura para siempre. El Señor te dice: “Yo soy la puerta, el que por mí entrare, será salvo” (S. Juan 10:9).

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